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Página Didáctica Artes

Continuación Educación Artística 4 período

Continuación Educación Artística 4 período 

VELADURA 
Es la forma de llamar a las finas capas semi-transparentes de pintura que iremos aplicando durante todo el proceso de creación de una acuarela.
Asun Balzola. Lavado como base, húmedo sobre húmedo para grandes manchas de color y seco sobre seco para detalles y color sobre color.
Mezclaremos una pincelada de pigmento (acuarela) con una pincelada de agua, hasta conseguir el tono   deseado. Para lograr diferentes efectos dejaremos secar una capa antes de aplicar otra o aplicaremos sobre mojado. 
 
HÚMEDO SOBRE HÚMEDO: 
Consiste en aplicar una aguada cuando la capa anterior sigue mojada, consiguiendo gran cantidad de matices (sobre todo si se utilizan dos colores diferentes). 
 
Willian Turner. Húmedo sobre húmedo. Veladuras.


HÚMEDO SOBRE SECO: 
Es la técnica más utilizada, consiste en aplicar una veladura una vez se ha secado la capa anterior: papel seco       y pincel húmedo, diluido con pigmento. 

Asun Balzola

Asun Balzola. Húmedo sobre seco. Mezcla de colores sobre el papel.

 
SECO SOBRE HÚMEDO: 
Conseguiremos efectos similares al húmedo sobre húmedo, pero con el pigmento del pincel mucho más puro.
 
Josef Wilcon. Seco sobre húmedo para crear la mezcla de las rayas negras sobre la base naranja.


RASPADO 
Consiste en quitar pintura del papel "pintando" encima con el pincel seco y limpio. También puede efectuarse     con una lija fina o un punzón.
 
ESPONJA
Se pueden conseguir varios efectos con la técnica de limpiar con una esponja, en los diferentes estados
de humedad del lavado. Es una manera habitual y eficaz de crear el efecto de las nubes.
 
DESBASTES
Consisten en dejar caer gotas de agua limpia sobre la base de color. Se forman caprichosas manchas difíciles       de controlar, pero muy bellas y expresivas.

Salpicaduras usando un cepillo de dientes ( o un pincel viejo y despuntado).


SUSTRACCIÓN.
 
 


Levantando el exceso de color con un trapo limpio o agua clara.

Reserva. Con un trozo de cinta. Simplemente, colocar la cinta. Pintar. Esperar a que seque totalmente la acuarela, y levantar la cinta.

Líquido enmascarador. También existen líquidos especiales que sirven para reservar las zonas de nuestra     obra que deseamos conservar blancas. Su uso es el mismo. Se pinta con este líquido.Se aplica el color
con acuarelas. Una vez secas, se retira, frotando, el líquido enmascarador.
Lijar. Se aplica la pintura, y una vez seca, se levanta rascando con papel de lija.(Muy buen efecto si se       quieren pintar salpicaduras de agua, espuma, nieve...).
 
Efecto con sal. Si aplicamos sal sobre la acuarela húmeda, ésta absorberá el agua, quedando un
aspecto jaspeado, cuando la retiremos una vez totalmente seca la pintura.
 

Cera y acuarela. Otra manera de hacer reservas es usar un lápiz de cera .Se dibuja con la cera. Al ser un     medio graso, repelerá el agua, y la acuarela no podrá penetrar.
Pedro Cano
 
Pedro Cano
 
Nono García. Veladuras.

La acuarela.- Utiliza mucha agua como diluyente y muy poca cantidad de aglutinante, que suele ser algún tipo de goma, aunque se han utilizado diversos a lo largo de la historia, desde miel o glicerina, hasta baba de caracol. Su soporte suele ser el papel. Cobra interés como procedimiento pictórico especialmente a partir del S. XVIII.

Acuarela0

 
 

El colorante, lo que llamamos pigmentos, son la base esencial de la pintura de cualquier época porque es la sustancia con la que se colorea y pinta. Los colorantes pueden ser naturales o químicos. Entre los más habituales tendríamos entre otros la azurita (carbonato de cobre) o el lapislázuli para el color azul; los óxidos de hierro o de plomo para el rojo; silicatos y arcillas para el amarillo; el carbonato de calcio o el   cinc para el blanco; hollín de cremaciones diversas para el negro, etc.

 

El aglutinante, es el elemento con el que debe mezclarse el colorante para que éste se pueda aplicar. Además cohesiona al colorante y lo protege. Aglutinantes se han utilizado muchos a lo largo de la historia, pero pueden dividirse en dos grupos según sea su diluyenteacuoso graso. Entre los denominados acuosos estarían aquellos que deben diluirse en agua, la yema de huevo, las gomas vegetales como la goma arábiga, la cola animal (obtenida al hervir pieles de animales), la propia cal en la técnica al fresco, etc. Otros son los aglutinantes grasos, como el aceite de linaza propio de la pintura al óleo; o las ceras cuando se utilizan técnicas de encáustico, es decir diluyendo los colores en cera derretida al calor.

 

Los barnices completan la ejecución de la pintura, pues una vez terminada ésta se procede a recubrirla con un elemento protector que además potencie el brillo de la imagen pintada. Los más utilizados han sido la clara de huevo, la cera (utilizada por la pintura griega) y sobre todo las resinas naturales que constituyen lo que solemos denominar propiamente como barnices

TÉCNICAS PICTÓRICAS

 

los procedimientos técnicos más habituales en pintura son los siguientes:

 

Fresco. - El fresco es una técnica propia de la pintura mural. Requiere de un proceso de preparación del muro previo a la ejecución de la obra. Dicha preparación consiste en humedecer la pared con una lechada de cal, es decir aplicar sobre el muro una primera capa de agua y arena y cal en proporción de 2:1. Es lo que se llama revoque; y una segunda más fina, con la proporción de arena y cal de 1:1 (una de cal y otra de arena), que es el enlucido. El proceso de carbonatación de la cal al secarse el muro, permite la penetración de los colores en la pared y su conservación muy duradera, si bien tiene la dificultad para el pintor de que la obra al fresco debe pintarse sin posibilidad de error y con celeridad, de tal modo que apenas es posible retocar, ni corregir, ni perfilar.

Fresco

 

 

 

El óleo.- Utiliza el aceite para disolver los colores, dando al lienzo un brillo y unas posibilidades nuevas en la textura de la obra.  Es válido para cualquier tipo de soporte, pero el óleo se utiliza preferentemente sobre madera o sobre tela, es decir, lo que solemos denominar como pintura sobre tabla o en lienzos. Igualmente permite la utilización de pinceles finos, una mayor nitidez en el detalle por tanto, y además la posibilidad de superponer capas finas de pintura sobre el lienzo ofreciendo así una especial luminosidad a modo de transparencia ("Veladuras").

Oleo

 

 

 

Témpera o temple.- Se denomina pintura al temple toda aquella que utiliza un diluyente acuoso en el aglutinante. Es por tanto aquella pintura que utiliza yema de huevo y colas o gomas vegetales, animales o sintéticas, como aglutinante. El temple se ha utilizado sobre diversos soportes, preferentemente sobre muro y sobre tabla. En el primer caso su diferencia con el fresco radica precisamente en su conservación, porque al aplicarse sobre el muro seco no impregna la pared y es fácil que se descascarille. Por el contrario permite todo tipo de retoques y rectificaciones.

Temple0

 
 

El pastel.- El pastel es todo lo contrario porque es una pintura seca, que utiliza para su realización lápices especiales de colores.  Sus pigmentos se suelen mezclar con algo de yeso y goma.  Sus soportes habituales son el papel, la cartulina o la tela, y al ser tan seco la propia grasa del dedo sobre el color aplicado actúa de diluyente. Se utilizó en algunos bocetos y retratos barrocos y en alguna obra impresionista, donde su carácter abocetado y difuso resultaba muy atractivo para sus intenciones plásticas.

Pastel0

 
 

El gouache.- Utiliza como aglutinante agua "gomosa" (mezclada con glicerina, goma arábiga, etc), lo que da texturas más pastosas y gruesas, de mayor contenido expresivo. Digamos por tanto que es similar a la acuarela aunque de resultado mucho más denso y pastoso. Sus soportes son diversos, pero es habitual sobre tela, y su aplicación más habitual es en el género del paisaje.

Guache0

 

 

 

Los polímeros.  Vinílico.  Acrílico.- Se trata de pinturas plásticas, acrílicas o sintéticas, de ahí el nombre de acrílico. Es decir, son pinturas cuyo aglutinante es una cola de fabricación plástica o resinas sintéticas. Tiene gran densidad, secan con gran rapidez y adquieren granulaciones (gotelé) que poseen valoraciones tridimensionales o escultóricas.


marcadores

Rotuladores

 ROTULADORES

Una obra con estas tintas lleva el mismo proceso que los anteriores. Simplemente añadiremos cromatismo al dibujo. Podemos utilizar tinta china de diferentes colores, aunque la gama cromática no es muy grande, o rotuladores de color, que es la forma más común.

La técnica de rotuladores es muy moderna. Su sencillez y vistosidad permite trabajos muy expresivos. El rotulador fue inventado por el japonés Yukio Horie en 1962. Resultaba muy adecuado para los trazos de la escritura japonesa, que normalmente se realiza con un pincel puntiagudo.

El rotulador de punta acrílica fue comercializado en 1963, por la Sociedad japonesa Pentel. La misma Sociedad Pentel, en 1973 inventó el primer rotulador a bolita: el "Ball Pentel", y en 1981 presentó al mercado un rotulador de punta cerámica: el ceramicrón.

Los rotuladores utilizan tintas de gran transparencia, por lo que el resultado final dependerá en gran medida del color base del papel. Se aconsejan papeles blancos, que potencian su luminosidad. Las manchas de color blanco, en principio, se obtendrán dejando papel sin colorear. Los negros, a través del rotulador correspondiente, o bien por saturación y superposición de matices.


Ver ampliación de tamaticas en el link:

http://es.slideshare.net/mcarmenbonilla/tcnicas-de-dibujo-y-pintura-2

Fundamentos de la composición visual en la pintura artística

Existen libros de carácter divulgativo que reúnen, en formato de manual, los aspectos de la composición que han sido lugar común entre pintores. Son manuales eminentemente prácticos, como el de Frederick Malins, Para entender la pintura; el de T. W. Ward, Composición y perspectiva; el de J. de Sagaró, Composición artística; el de Amalia Polleri, El lenguaje gráfico-plástico; y otros muchos que tienen en común el haber sido concebidos como libros de consulta para pintores o aprendices de pintor. No están destinados a la elucubración o a la crítica, carecen incluso de reseñas bibliográficas, pero tienen la virtud estimable, frente a las obras de prestigio, de su completa ausencia de ideología. Así, se limitan a constatar aquellos aspectos de la organización formal que nadie se atreve a discutir por evidentes, dejando fuera cualquier otro que pudiera suscitar controversia. 

a/ Algunos principios

La psicología Gestalt de la percepción parte del axioma de que «todo esquema estimulador tiende a ser visto de manera tal que la estructura resultante sea tan sencilla como lo permitan las condiciones dadas» (Arnheim, R., Arte y percepción visual, p. 70). Por tanto, cuando el artífice del esquema estimulador no es el azar sino la mano de un artista (incluyendo, si se quiere, al Supremo Hacedor, en las formas naturales), podemos suponer que éste se ha ocupado de facilitarnos un poco el trabajo de ver y comprender su obra mediante el empleo deliberado de estructuras sencillas, generalmente equilibradas. Los artistas buscan respuestas al interrogante clásico de la parsimonia: «¿cuál es la estructura más sencilla para mi propósito?»; y al del sentido del orden: «¿cuál es la forma más sencilla de organizar tal estructura?», dentro de los requerimientos superiores del estilo y del isomorfismo. El estilo representa una unidad de concepción que, en el artista maduro, contribuye a simplificar los recursos a la vez que enriquece los enunciados, mientras que el isomorfismo vela por garantizar la máxima correspondencia entre forma y significado, para reforzar el valor de simplicidad.

En el análisis de composición de un cuadro, nos atendremos también a los aspectos más relevantes, sin pretender agotar la obra y resistiéndonos al impulso analítico de dejar todos los cabos bien atados. Desmenuzando completamente la imagen en sus unidades mínimas no haríamos justicia al cuadro ni tampoco a nuestra forma de percibirlo, que se basa en conjuntos ampliamente reconocibles, eludiendo la tarea de recomponer el todo por sus partes. La tarea de analizar la composición de una obra debe comenzar, por tanto, con la pregunta: «¿qué es lo que hace a este conjunto singular y reconocible?»; aunque la respuesta, probablemente, no se encuentre en ningún manual de composición. Sin embargo, la clarificación de los conceptos que se exponen a continuación podrá ayudarnos, cuando menos, a formular la pregunta con mayor precisión.

Dado que prácticamente todos los elementos de la plástica pueden influir en lo que, de un modo a veces impreciso, llamamos composición, esta breve reseña sólo recoge los factores principales de organización formal, en una lectura bidimensional o proyectiva de la composición. La lectura tridimensional u objetiva(1) (en la que influyen de modo determinante la perspectiva y el claroscuro) queda fuera de este apartado no por ser de menor importancia, sino, sobre todo, por estar también excluida de los módulos didácticos de los tres últimos capítulos.

b/ Peso y fuerza visual

La percepción visual no precisa de fuertes estímulos para convertirse en una experiencia dinámica. En realidad, todo lo que no sea un vacío uniforme será percibido como un juego entre tensiones dirigidas o fuerzas, actuando recíprocamente y en función del formato. El campo de fuerzas visuales se ha comparado a veces con el magnético, sólo que, a diferencia de lo que sucede con las limaduras de hierro en éste último, las partículas visuales caídas bajo la influencia de un formato también establecen entre sí relaciones de atracción o repulsión (fig. 1). El campo de las fuerzas visuales recuerda, quizás más, al equilibrio gravitatorio alcanzado por los astros, en el sentido de que es un equilibrio homeostático, y por tanto, precisa de una continua negociación entre fuerzas jerárquicas. Ver es la percepción de una acción, asegura Arnheim; pero el resultado de las fuerzas contrarrestantes puede ser el equilibrio lo mismo que la ambigüedad. En este sentido, una composición desequilibrada tenderá a parecer transitoria, porque sus elementos presentan una poco sosegadora inclinación a cambiar de forma o de sitio.

Como en la naturaleza o el universo, el peso visual es el que determina, en última instancia, el poder de atracción gravitatoria de cada elemento de la composición. Existe cierta confusión entre tener peso y aguantar peso, conceptos que son, sin embargo, curiosamente contrapuestos. Se dice, por ejemplo, que un objeto pesa menos en el lado izquierdo del cuadro que en el derecho y, a la vez, que el lado izquierdo aguanta más peso que el derecho; y es que aguantar más peso significa que las cargas soportadas, siendo las mismas, se aligeran de parte de su densidad visual, es decir, pesan menos. Sin embargo, el peso visual es una cualidad del objeto que difícilmente puede medirse, dado que son muchos los factores que influyen en él alterando toda posible cuantificación, salvo la que pueda arrojar la muy fina balanza de la retina del pintor(2). En el peso visual influyen, entre otros, los siguientes factores(3):

 

 

- Tamaño. A mayor tamaño corresponde mayor peso (fig. 2).

- Color. Los colores cálidos, como el rojo, pesan más que los fríos, como el azul.

- Ubicación:

. Una posición fuerte sobre la armazón estructural (es decir, bien centrada o en coincidencia con alguno de los ejes principales horizontal-vertical y las diagonales) puede aguantar más peso que otra descentrada o alejada de dichos ejes (fig. 3).

. A mayor profundidad o lejanía, también corresponde mayor peso (fig. 4).

Arriba pesa más que abajo (fig. 5).

  

. A la derecha pesa más que a la izquierda (fig. 6).

- Tono:

. Los tonos claros sobre fondo oscuro pesan más que los oscuros sobre fondo claro (fig. 7).

. A igualdad de fondo, es más pesado el tono que más contraste (fig. 8).

. Una zona negra tiene que ser mayor que otra blanca para contrapesarla (fig. 9).

- Forma:

. La forma regular es más pesada que la irregular (fig. 10).

. La compacidad de la forma respecto a su centro es más pesada que la dispersión de la misma (fig. 11).

. La orientación vertical es más pesada que la oblicua, y ésta, a su vez, es más pesada que la horizontal (fig. 12).

- El interés intrínseco de la forma.

. Por el tema representado, en función de los deseos y temores del espectador. Por ejemplo, una cabeza, como soporte de la mente, pesa mucho en el cuadro (fig. 13).

. Por su complejidad formal u otro factor; la propia pequeñez puede ejercer fascinación, aumentando el peso (fig. 14).

- El conocimiento previo de la densidad o resistencia de los elementos representados, por lo que atribuiremos algo más de peso a la representación de una bola de plomo que a la de otra de cristal; factor discutible, según Arnheim. (fig. 15).

Lo que diferencia al peso visual del resto de las fuerzas visuales es que se trata de una característica intrínseca de cada elemento de la composición, mientras que otras fuerzas pueden actuar con independencia del objeto que las produce o sobre el que se aplican. Los elementos que componen una fuerza visual son tres, como en los vectores descritos por la física: punto de aplicación, intensidad y dirección. Estos elementos pueden ser inducidos por determinantes no visibles, por ejemplo la dirección izquierda-derecha de lectura de la imagen o las direcciones de mirada de los personajes representados. Según esto, podríamos definir el peso visual como una clase de fuerza visual inseparable de las figuras, que se caracteriza por un punto de aplicación en el centro de gravedad del objeto, una intensidad debida a los factores ya enumerados y una dirección que es siempre vertical y hacia abajo. En las demás fuerzas visuales, sin embargo, la dirección depende de alguno de los siguientes factores:

- Atracción del peso de los elementos vecinos; así, entre dos objetos próximos podemos localizar el vector resultante de la interrelación de sus campos gravitatorios, en función del peso (fig. 16).

- Atracción de los ejes de los esqueletos estructurales de las formas; los ejes longitudinal y transversal suelen decidir la dirección del vector que resulte de la atracción o repulsión entre los objetos (fig. 17 ).

- Líneas visuales o direcciones de mirada; resultan alteradas por variaciones mínimas en la posición relativa de las pupilas del sujeto representado, orientación de su cabeza, disposición general del cuerpo, objetos próximos de interés, influencia de las diagonales, etc. (fig. 18).

- Influencia de los cuatro ejes fundamentales de la representación (horizontal, vertical y diagonales); estos ejercen una poderosa atracción que desvía hacia sí cualquier otra fuerza menor en las zonas próximas a ellos (fig. 19).

c/ Nivelación y agudización

Los conceptos de nivelación agudización ocupan lugares distintos, aunque siempre importantes, en las distintas teorías sobre composición. Según Arnheim, nivelación y agudización son tendencias perceptuales que dependen de otra de mayor rango: la ley de pregnancia o tendencia a la estructura perceptual más definida y clara posible, que no se debe confundir con la ley de simplicidad, principal piedra de toque de la Gestalt. La nivelación se asocia con técnicas -en D. Dondis- o con estilos -en E. H. Gombrich- que tienden a la unificación, la simetría, la reducción de rasgos estructurales, la repetición, la eliminación de la oblicuidad y de toda discordancia, etc., mientras que la agudización tiende a acentuar las diferencias o contrastes y a subrayar la oblicuidad. El clasicismo es el paradigma de la nivelación y el barroco de la agudización.

FIN

 


 
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